Omayra es una valiente mujer que ha querido compartir con nosotras la historia de su primer hijo Nuno. Como ella muy bien explica, Nuno siempre será su primer hijo, de igual modo que el resto de bebés que no pudieron quedarse guardan un orden en su familia.
En mi caso Aleix será siempre mi segundo hijo.
Esto que podría parecer una anécdota, para los papas en duelo es un factor muy importante, porque cuando los demás solo ven los hijos vivos que tienes sin contemplar los que no están presentes, generan mucho dolor en los papas.
Así que cuando preguntes ¿cuántos hijos tienes? Si alguien te responde 2, uno en la tierra y otro en el cielo, es una respuesta válida, que hace presente la realidad de esa familia.
Y ahora sí, te dejo con la historia de Nuno.
Nuno era mi primer hijo. Nació y nos dejó el día 17 de diciembre por la mañana. Fue el momento más duro y a la vez el más bonito que había vivido hasta la fecha. Pudimos tenerlo en nuestros brazos y abrazarlo. Nunca olvidaré ese momento, esa habitación tan llena de amor y dolor.
En las primeras semanas de embarazo estaba nerviosa por si la cosa no iba bien, ya que una amiga muy cercana había perdido a su primer bebé antes de las 12 semanas, un duro golpe. Pero una vez pasó la que hasta ese momento yo, ilusa de mí, consideraba fecha límite para este tipo de cosas, me relajé.
Llegó la ecografía morfológica de la semana 20 y se nos heló la sangre. Nuestro hijo tenía espina bífida (enfermedad que hasta la fecha solo conocía de oídas) y creímos haberlo perdido ya. Pero nos derivaron rápidamente al hospital Vall d’Hebron (Barcelona), puntero en esta enfermedad, y allí tuvimos la enorme suerte de conocer a una magnífica doctora, tanto a nivel humano como profesional, que nos trató con muchísima dulzura y que nos dio esperanzas: el caso concreto de nuestro hijo tenía buen pronóstico si nos sometíamos a una operación intrauterina para cerrar la abertura que tenía Nuno en la columna.
Estuvimos deliberando unos días, consultando con los mejores especialistas del hospital, y finalmente decidimos tirar para adelante. Empezó nuestra carrera de fondo: amniocentesis, resonancia magnética, operación a las 24 semanas de embarazo, ingreso en el hospital de una semana, reposo en casa… Iban transcurriendo las semanas y nuestro pequeño luchador iba superando todos los obstáculos. Creyendo que lo peor había pasado, tan solo aguardábamos su nacimiento, probablemente prematuro, como nos habían advertido.
Pero en la semana 29 me pareció que Nuno no se movía como antes… El sábado, en la semana 29+5, preocupada, decidimos ir de urgencias al hospital, tal como nos aconsejó nuestra doctora por whatsapp… Y allí llegó la frase: no hay latido… Todo mi mundo se derrumbó… No entendía qué había pasado, por qué, qué había hecho para ocasionarle la muerte…
Ese mismo día quedamos ingresados y el domingo, unas 24 horas después, nació nuestro hijo, tan pequeñito, tan precioso… Sobre las 15h nos fuimos a casa con mi ropa de embarazada, pero con la barriga y los brazos vacíos… Ese dolor es indescriptible… Parece que te impida respirar, te asfixia…
A pesar de todo el dolor, no hubiera preferido no haber estado embarazada, eso lo tengo muy claro. Pero, evidentemente, daría lo que fuera porque estuviera junto a nosotros ahora…
Gracias, Nuno, por haberme permitido conocerte y por haber formado parte de mí durante 7 meses preciosos. Gracias por habernos enseñado tanto y por habernos inundado de tantísimo amor. Y gracias por guiar a tu precioso hermanito sano y salvo hasta nosotros.
Mientras escribo estas líneas tengo a Yuri, mi bebé arco iris, durmiendo en mi regazo. Nació un año y medio después en el mismo hospital, tras un seguimiento hecho por la misma doctora, después de 9 meses llenos de nervios y miedos, en una sala idéntica a donde nació Nuno. Fue un parto muy intenso en todos los sentidos, aunque en el caso de Yuri no se tratara de un embarazo de riesgo.
Siempre que me preguntan si es mi primer hijo, contesto que es el segundo, pero que el primero lo perdí. Para mí es importante decir que soy madre de dos hijos, aunque uno de ellos no pueda acompañarnos. Nuno es mi primer hijo, es el que me convirtió en madre, es parte de nuestra familia y será siempre parte de mi ser.